En este informe “Demografía del aborto en España”, realizado por el Observatorio Demográfico CEU de CEU-CEFAS, se aborda el alarmante drama del aborto en España y su implicación a nivel demográfico. Dirigido por el catedrático Emérito de la Universidad CEU San Pablo, Joaquín Leguina, y coordinado por el responsable de Estudios y Análisis Social de CEU-CEFAS, Alejandro Macarrón.
En 2022 en España fueron practicados 96.599 abortos a mujeres residentes en nuestro país, según los datos publicados en este informe. Este drama es uno de los asuntos más controvertidos en las sociedades modernas, por sus implicaciones éticas y humanas y también por su utilización como bandera política. En los últimos cien años, en Occidente y en muchos países de otros ámbitos culturales, el aborto ha pasado de estar castigado con penas de cárcel a ser declarado no penal bajo ciertas condiciones, y hasta ser amparado incluso por la ONU bajo el doble eufemismo de proteger la “salud reproductiva”, considerando el embarazo un problema de «salud” -cosa que no es cierta salvo algunos casos-, y que el aborto provocado no fuera un acto radicalmente “antirreproductivo”.
Como es habitual en nuestros informes, las fuentes de información empleadas provienen de organismos públicos que tienen relación con la materia. En este caso, hemos utilizado los informes anuales del Ministerio de Sanidad, así como información de Eurostat y del INE.
Conviene recordar que el aborto no está penalizado bajo ciertas circunstancias en España desde 1986. Desde entonces y hasta 2022, en España se han practicado 2,76 millones de abortos voluntarios, de los que 2,71 millones a mujeres residentes en España.
El porcentaje de abortos sobre el total de embarazos en mujeres que viven aquí ha tendido a crecer de forma ininterrumpida, hasta rozar el 23% en 2022, una de las tasas más altas de Europa. Las dos CCAA con mayor propensión a abortar son Asturias y Canarias, que también son las dos regiones españolas y europeas con menor número de hijos por mujer.
Por edades, aunque la gran mayoría de los abortos se da en mujeres con 25 años o más, la propensión a abortar decrece con los años, superando ampliamente el 50% de los embarazos entre adolescentes, con tasas del 80% en las menores de 15 años. No obstante, el número de embarazos de menores de 20 años es muy inferior al que se daba hace cuarenta años. Además, el número de adolescentes menores de 15 años es cada vez menor a causa de la caída de los nacimientos. Como se aprecia en los datos oficiales, la gran mayoría de los abortos se da en mujeres ya maduras, no en adolescentes.
Un porcentaje muy alto de los abortos (entre el 35% y el 38% en los últimos diez años) fue practicado a mujeres inmigrantes, en una proporción muy superior a la que representan entre las mujeres de 15 a 44 años (25% en 2022), si bien la propensión a abortar no es homogénea entre las extranjeras de origen, y no en todas las comunidades foráneas supera al de las españolas.
Un porcentaje muy importante de los abortos se da en mujeres que ya habían abortado anteriormente, en algunos casos muchas veces. La inmensa mayoría de las mujeres en España no aborta nunca, y en torno a una de cada cinco lo hace al menos una vez en la vida.
Otro aspecto muy peculiar del aborto es que, aunque la gran mayoría de las mujeres que abortan reciben información sobre el particular en centros públicos de salud, el aborto se les practica en clínicas u hospitales privados. Esto es, el aborto es principalmente un negocio privado prescrito o facilitado desde la sanidad pública.
Estos nuevos fenómenos están estructurando las sociedades occidentales bajo un nuevo entendimiento de la naturaleza del hombre y de la mujer, de lo moral y del papel del Estado.
Analizamos las políticas públicas que ha propiciado la Constitución Española desde su promulgación en relación con la familia.
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