Reflexionamos sobre las fronteras del Bien Común

Hemos celebrado en Valencia junto a la Universidad CEU Cardenal Herrera el Congreso “Las fronteras del Bien Común” en el que distintos intelectuales y pensadores han debatido y expuesto sus ideas y reflexiones sobre distintos movimientos culturales y políticos que afectan a la vida en sociedad.

El encuentro ha comenzado con las palabras de bienvenida del rector de la Universidad CEU Cardenal Herrera, Higinio Marín, quien ha destacado que la celebración de estas jornadas permite “abrir panoramas y puntos de vista desacostumbrados” sobre asuntos que están afectando a la conciencia pública. Por su parte, el director de CEU-CEFAS, Elio A. Gallego, ha querido dar la bienvenida a los asistentes animándolos a redescubrir los límites que la modernidad ha olvidado, sin que esto signifique renegar de ella. “Se trata de reintegrar ese desafío y esa búsqueda de traspasar los límites con humildad y mesura”, ha afirmado.

Tecnología y antropología

En la ponencia inaugural “Política, tecnología e identidad” el profesor de la Universidad San Martín de Porres (Perú), Miklos Lukacs, ha expuesto la necesidad de repensar los límites de la tecnología a través del conocimiento de la naturaleza humana para poder ponerla al servicio de esta y no al revés: “estamos dejando de ser humanos en nombre del progreso tecnológico: ¿de qué sirve un progreso en el que la tecnología y la ciencia no están al servicio del ser humano?”.

En este sentido, Lukacs ha asegurado que la gran pugna del siglo XXI es de carácter antropológico y ha animado a los asistentes a profundizar en la filosofía de la tecnología. “La tecnología ha logrado niveles de desarrollo increíbles llegando no solo a modificar el entorno del ser humano, sino al propio ser humano”, y ha trasladado la necesidad de que volver a las raíces y reflexionar sobre qué es el ser humano.

El cambio de era

Tras la conferencia de Luckas, se ha celebrado la primera mesa redonda “Cambio de paradigma: del Bien Común de las nacionales al Bien Común universal” en la que ha intervenido el catedrático de Filosofía del Derecho de la Universidad de Sevilla, Francisco José Contreras, quien ha expuesto el problema que los nacionalismos suscitan a la idea de Bien Común pues “el nacionalismo no ha desaparecido, sigue muy vivo«. En este sentido, Contreras ha explicado que la cancelación de las reivindicaciones nacionalistas es selectiva, pues se condena a las de las antiguas potencias europeas como las de España y Francia, mientras que hay una legitimación de los “micro nacionalismos” como el catalán y el vasco. Al mismo tiempo, el catedrático de Historia Medieval de la Universidad CEU San Pablo, Alejandro Rodríguez de la Peña, ha explicado que en la defensa del Bien Común hay que saber que en ocasiones se opondrán distintos bienes comunes y que, por ello, lo importante es “saber elegir cuál hay que defender”.

Por su parte, el profesor de la Universidad de Navarra, Alfredo Cruz, ha abordado la cuestión del peligro de las definiciones ideológicas del hombre para alcanzar una definición del Bien Común. Cruz ha afirmado que las definiciones de la naturaleza del hombre que se presentan como neutrales «están suponiendo el tipo de Estado que se quiere justificar”. Es por ello por lo que la idea de Bien Común de la modernidad difiere tanto de la idea que tenían los clásicos: “en el mundo antiguo se entendía el límite como perfecto, mientras que el mundo moderno tiene la concepción de límite como imperfección”, ha afirmado.

El hombre según los clásicos

Las jornadas han continuado con la ponencia del profesor de la Universidad de Murcia, Domingo González, quien con el título “Soberanía y Bien Común” ha explicado que en la “filosofía clásica el hombre crecía con los otros, mientras que para el mundo moderno la relación del hombre con los otros no le deja desarrollarse plenamente”. En este sentido, González ha querido exponer que el Estado se ha convertido en el elemento emancipador de las personas en la sociedad, desvinculándoles de los grupos a los que pueden pertenecer.  De esta manera, “el hombre nuevo es solo aquel que se emancipa”, ha trasladado.

Redefiniendo el Bien Común

La segunda mesa redonda “La consecución del Bien Común: subsidiariedad y libertades civiles” ha comenzado con la intervención del doctor en Filosofía, abogado y expresidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Julio Borges, quien ha explicado que el problema actual es que «se ha dinamitado el sistema de creencias en el mundo”. Esto trasladado a la política, «supone que se haya destruido el centro político”. Borges ha sugerido que la pregunta actual a la que nos enfrentamos es si en la democracia actual es deseable o no reconstruir este centro político.  Por su parte, el profesor agregado de Política, Filosofía y Economía de la Universidad de Navarra, Mark Hoipkemier, ha afirmado que tratar de teorizar sobre el Bien Común es una tarea muy complicada porque es un concepto que aspira a mucho. Por ello, ha explicado que “uno de los papeles de lo político es integrar los distintos bienes comunes de una sociedad en un Bien Común mayor, identificando qué pueden alcanzar trabajando conjuntamente”.

La mesa redonda ha terminado con la intervención del profesor de Filosofía Antigua y Ciencia Política de la Universidad Abat Oliba CEU, Miguel Ángel Belmonte. El filósofo ha destacado el verdadero significado de la subsidiariedad que “no consiste en sustituir la acción de otra persona o de un grupo, sino que consiste en aportar extraordinariamente la energía necesaria para que ese individuo o grupo pueda actuar libremente y retirar ese apoyo en el momento que sea posible”.  

Literatura y cultura

La jornada del martes ha terminado con la ponencia “Lecciones olvidadas de la literatura occidental” del director de The European Conservative, Mario Fantini, quien ha transmitido a los oyentes que “la literatura es una conversación eterna y constante entre lo antiguo y lo actual” animándolos a no descuidarla. Asimismo, Fantini ha explicado que la literatura no es solo entretenimiento, “sino que refleja experiencias, nos enseña formas de vivir, nos plantea preguntas y nos impulsa a un encuentro con realidades profundas en el que aprendemos sobre nosotros mismos y nos pone frente a nuestra propia realidad”, ha asegurado.

El compromiso de la fe católica

La segunda jornada del congreso ha comenzado con una mesa redonda titulada “Exigencias del Bien Común. Una perspectiva católica” en la que los ponentes han tratado de explicar la necesidad de la creación del Bien Común desde una perspectiva católica. En este sentido, el catedrático de Filosofía Moral y Política de la Universidad de Valencia, Agustín Domingo, ha expuesto que es importante que se reconozca la primacía e importancia del Bien Común como un criterio regulatorio de la vida en sociedad. Además, Domingo ha defendido la idea de que en las sociedades “se pude consolidar una tradición católica del Bien Común que apueste por una laicidad positiva” y “reconstruir y recomponer una razón abierta dentro de una ética católica”.  

Por su parte, el profesor titular de Historia de las Ideas y Formas Políticas de la Universidad CEU Cardenal Herrera, Juan Carlos Valderrama, ha explicado que los católicos tienen una exigencia personal con el Bien Común que es hacer frente a la ideologización del pensamiento que deforma la realidad política. En este sentido, Valderrama ha hecho referencia a la necesidad de reivindicar la verdad frente a la “desvirtualización de los referentes comunes”, así como la necesidad de traer al espacio público lo trascendental del hombre como asunto elemental de lo político. 

Finalmente, el profesor titular de Historia de la Universidad Abat Oliba CEU, Emili Boronat, ha transmitido la idea de que el Bien Común es el principio de la vida comunitaria y, por ello, “el Bien Común es a la comunidad lo que la felicidad a la persona”, ha afirmado. Sin embargo, el profesor de Historia ha explicado que también se puede caer en el grave error de buscar el Bien Común como único fin: “hay regímenes que por querer manifestar su poder con proyectos ideológicos mesiánicos pierden de vista al hombre”.

El Bien Común y su fuente trascendental

La segunda mesa redonda de la jornada titulada “La cultura como Bien Común” ha tratado de explicar cómo la cultura representa la dimensión espiritual del hombre. El columnista, director y fundador de la editorial Monóculo, Julio Llorente, ha abordado esta cuestión desde una perspectiva crítica afirmando que “hay culturas que procuran el bien común y otras que no”. En este sentido, Llorente ha explicado que se tiene que buscar el desarrollo de culturas que procuren ser fieles a la naturaleza del hombre porque “la buena cultura y la gracia no anulan la naturaleza, no la suprimen, la realizan”. 

Por su parte, el doctor en Filosofía, educador y ensayista, David Cerdá, ha destacado que la cultura en la sociedad es un medio por el que la belleza, el bien y la verdad crecen. Cerdá ha explicado que la verdad es algo que se descubre y no se inventa: “nada pacifica más que la verdad, y por ello, la verdad es un asunto de todos”, ha afirmado. Finalmente, la columnista de Vozpópuli, Irene González, ha alertado que en la sociedad el Bien Común se encuentra en una frontera desdibujada donde se libra una batalla en la que debemos estar presentes. En este sentido, la periodista ha afirmado que “el Estado sabe que la cultura y la educación es esencial en el desarrollo de las personas y es por ello por lo que la interviene”.

El Congreso ha finalizado con la ponencia de clausura “El Bien Común, un deber particular” del profesor, escritor y columnista, Enrique García-Máiquez. El poeta ha explicado que el bien no solo es difusivo, sino sumativo, y que por el mero hecho de ser bien ya es común. Así pues, García-Máiquez ha hecho hincapié en que “la mejor aportación al Bien Común es el cumplimiento del deber particular, el deber personal y la vida vivida según los deberes de cada uno”. De esta manera, es como verdaderamente se puede alcanzar. El escritor ha concluido señalando que desde su oficio busca servir a toda la sociedad honrando los sentimientos de los hombres: “un poeta canta los sentimientos de todo el mundo”.