María San Gil reivindica la memoria de las víctimas del terrorismo

La directora del Diploma Universitario de Experto en Liderazgo y Compromiso Cívico y del Observatorio CEU de Víctimas del Terrorismo de CEFAS, María San Gil, ha acompañado en el almuerzo-coloquio a los alumnos de la cuarta edición de este programa formativo de CEU-CEFAS.

En su compromiso por humanizar a las víctimas del terrorismo a través de la memoria, San Gil ha comenzado su intervención compartiendo con los alumnos cómo la banda terrorista ETA asesinó a su compañero y teniente de alcalde del Ayuntamiento de San Sebastián Gregorio Ordoñez en el año 1995. “Gregorio hacía lo que tenía que hacer y creía en lo que hacía”, ha afirmado. Además, ha destacado la vocación de servicio, la honradez y el compromiso por los conciudadanos que siempre tuvo su compañero.

La directora del Observatorio CEU de Víctimas del Terrorismo de CEFAS ha recordado que ETA es un proyecto político que nació con la intención de autodeterminación de las provincias vascas, una idea que siguen defendiendo: “ETA no ha desaparecido, solo ha cambiado de nombre, pero siguen con el mismo proyecto político que siempre han defendido”, ha trasladado. En este sentido, ha manifestado que «matar no tiene premio, pero dejar de matar tampoco tiene premio».

La política al servicio de todos

Durante su intervención ha reclamado la necesidad de que la política esté al servicio de todos y ha recalcado la deuda moral que como sociedad tenemos con las víctimas del terrorismo, una deuda que trasciende de lo político. San Gil ha hecho referencia a su trayectoria política como presidenta del Partido Popular del País Vasco y diputada en el Parlamento Vasco y ha asegurado que “la política es un ejercicio de responsabilidad y la mochila del político pesa tanto que cuando la dejas te liberas», ha compartido.

“Hacer política es un bien que trasciende a uno mismo”, ha asegurado San Gil y ha animado a los jóvenes a comprometerse con aquello en lo que creen: «No dejemos de hacer nada que creemos que tenemos que hacer por las consecuencias que pueda tener», ha concluido San Gil.