En el marco de la reunión de Diálogos Abiertos, un espacio de conversación organizado por el Instituto de Estudios Americanos CEU-CEFAS y el Instituto Juan de Mariana, Pedro Urruchurtu ha ofrecido un testimonio conmovedor sobre la situación actual en Venezuela. En su intervención, Urruchurtu ha relatado su experiencia personal de los últimos seis meses, desde su asilo en la embajada de Argentina en Caracas, donde permanece recluido desde el 20 de marzo, tras ser acusado falsamente por el régimen de Nicolás Maduro.
«Sabíamos que lo más difícil vendría después de las elecciones del 28 de julio», ha afirmado Urruchurtu, refiriéndose a los comicios en los que el presidente electo, Edmundo González Urrutia, ganó con un 67% de los votos. A pesar de las irregularidades y la persecución, el equipo opositor liderado por María Corina Machado y miles de voluntarios logró una campaña electoral exitosa, con un aparato de transparencia que permitió la verificación de los resultados. Sin embargo, desde entonces, el régimen ha intensificado la represión, con más de 2.000 presos políticos.
Urruchurtu ha descrito las condiciones en las que él y otros compañeros han tenido que resistir, bajo asedio constante, cortes de electricidad y sin acceso regular a agua o alimentos. «Estamos viviendo la violación flagrante de las convenciones internacionales sobre protección diplomática», ha denunciado, refiriéndose al control que ejerce la policía política sobre los accesos a la embajada argentina. Tras la ruptura de relaciones diplomáticas, Brasil asumió la protección de la sede, pero el régimen venezolano ha intentado revocar esta decisión, generando un limbo diplomático.
Durante su intervención, Urruchurtu también ha destacado el coraje y la determinación de María Corina Machado, quien ha optado por resguardarse en Venezuela, mientras que González Urrutia ha sido forzado al exiliado en España debido a la presión y persecución del régimen.
El líder opositor ha subrayado la importancia de la presión internacional en este momento clave, para garantizar que el 10 de enero de 2025 González Urrutia pueda juramentarse como presidente electo de Venezuela, tal como lo establece la Constitución. «Sabíamos que no iba a ser fácil», ha concluido, reafirmando su compromiso con la resistencia y el cambio en Venezuela.
El encuentro de Diálogos Abiertos ha contado con la participación de diversos centros de pensamiento y organizaciones hispanoamericanas, quienes ha debatido sobre el papel de la comunidad internacional y los desafíos que enfrenta la oposición venezolana en su lucha por la democracia.
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