En el informe «Constitución y familia: un principio fallido» de CEU-CEFAS en colaboración con el Instituto CEU de Estudios de la Familia analizamos las políticas públicas que ha propiciado la Constitución Española desde su promulgación, en concreto, en relación a la familia.
A comienzos de 2024, España lleva 45 años largos con la Constitución de 1978 (la “CE-78”) como máxima norma
legal. Como tal, la Constitución es marco e inspiración de gran parte de las políticas públicas de las últimas cuatro
décadas y media. Pasada generación y media desde su promulgación, es buen momento para hacer balance de
cómo se ha cumplido la CE-78, y qué ha propiciado en sus diversas partes, y en concreto, en relación a la familia,
una institución esencial para las personas y la sociedad en su conjunto, de especial interés para CEU-CEFAS.
Sobre este asunto capital versa este informe, al que se anexa una interesante reflexión sobre políticas económicas
para la familia del economista D. Rubén Manso Olivar, y tres epígrafes del Catecismo de la Iglesia católica que
versan sobre la relación entre la familia y la comunidad social y política, en los que hay muchas coincidencias
con la CE-78 y dos significativas diferencias. Lamentablemente, el balance global para la fortaleza y bienestar de la familia en la España de los últimos 45 años no es nada positivo, sin perjuicio de que también haya alguna luz junto a las mucho más numerosas sombras. La familia, entendida en general en este informe como grupo formado por adultos que conviven con hijos suyos no emancipados, es hoy en España mucho menos fuerte que cuando se elaboraba la CE-78, en diversos aspectos esenciales:
En lo cuantitativo, su número medio de miembros es mucho menor ahora por el desplome de la natalidad
y el auge de la monoparentalidad. También -aunque esto tiene menos peso- por el mucho mayor porcentaje
de padres muy mayores que ahora no viven con alguno de sus hijos, sino en residencias de ancianos. Ese
desplome de la natalidad ha sido facilitado de forma activa desde el Estado, entre otras cosas, con las leyes
sobre el aborto y la financiación de éste, con la provisión gratuita de anticonceptivos, o con las leyes de divorcio. Y de forma pasiva, no haciendo virtualmente nada durante 40 años largos para revertirlo.
En lo cualitativo, porque ahora mucha menos gente opta por casarse frente a sus alternativas de vivir en
pareja de hecho o sola, y por la facilidad legal para romper un matrimonio, y no digamos una pareja de
hecho. Y los que se casan, contraen su primer matrimonio en promedio con mucha más edad. En contraste,
el matrimonio legal se ha ampliado a parejas del mismo sexo, una innovación en milenios de institución
matrimonial de iure, y en aún más milenios de facto.
En lo económico, también hay negras sombras para la fortaleza de la familia en España: el Estado quita ahora a
las familias en impuestos mucho más que antes de la CE-78; en los últimos 45 años ha habido una tasa media
de desempleo del 17%; el esfuerzo económico para comprar vivienda es ahora mucho mayor; la deuda pública,
casi inexistente al comienzo de la Transición, supone ahora una gran hipoteca virtual para las familias españolas.
En contraste con lo anterior, de lo que más afecta a la familia, las mayores mejoras en las últimas décadas se han dado en el campo de la salud y esperanza de vida, lo que no es poco. El cuadro siguiente resume cosas fundamentales que contiene la Constitución sobre la familia, y lo realmente sucedido en relación a esas provisiones constitucionales.
Pedro Urruchurtu ha ofrecido su testimonio sobre la situación actual en Venezuela, en la reunión de Diálogos Abiertos, organizado por el Instituto de Estudios Americanos.
Paula Otero y Jorge Jiménez-Alfaro comienzan su beca formativa en uno de los think tanks conservadores más prestigiosos de Estados Unidos.
Lo más buscado
Últimas noticias